lunes, 2 de abril de 2012

Mujeres Desesperadas: ese roble que se va a talar tras ocho años (1ª TEMPORADA)

Si hay una serie con mayúsculas en mi actual cartera seriéfila, esta serie está en el primer lugar sin duda alguna, y es una serie que conecta tan fácil a todos los públicos y tan sencilla de seguir (aquí no hay islas misteriosas ni más de un universo ni tramas de chichinabo).

Lo es porque la serie comienza de una forma muy original nunca visto en otras ficciones, y cuyo personaje pasaría a ser el ojo que todo lo veía. Y esa es Mary Alice Young, fiel representación de lo que son las mujeres de Wisteria Lane: Unas mujeres modélicas que en realidad esconden una vida miserable y/o poco ejemplar y de la que habría que avergonzarse. Y A PARTIR DE AQUÍ SPOILERS DE LA PRIMERA TEMPORADA:

En esta primera temporada, el misterio se centraría en por qué Mary Alice se decidió volar los sesos, implicando a las cuatro protagonistas del show en una especie de investigación que les empezaría a hacer más íntimas de lo que eran. La más protagonista sería Susan, la ingenua mujer que tiene poco de ama de casa y que apenas sabe cocinar, y en la que más se centrar con sus vaivenes con Mike Delfino, por aquel entonces sospechosos pero que por alguna razón sabíamos que era buena gente. Eso y sus torpezas y disputas con Edie Britt eran lo más interesante de Susan, y con el paso de las temporadas sus tramas iban bajando poco a poco.
Por otra parte, teníamos a Lynette, una mujer muy basta que pensaba como un hombre dado su carácter de practicismo y, sobretodo, por haber trabajado siempre con ellos. Pero tener cuatro hijos le impedía tener un trabajo, ya que Tom era poco partidario de las canguros, aunque Lynette contrató a una chica durante unos capítulos. Una de las escenas más divertidas de toda la serie fue cuando Lynette tira por las escaleras una bolsa de patatas para que sus gemelos fueran tras ella como un gato al olor de la sardina.

 En tercer lugar tenemos a Bree Van de Kamp, que nos la presentaron como una perfectísima y meticulosa ama de casa (la versión extendida de Betsy en Melrose Place), muy quisquillosa y que se dejaba poco llevar con sus sentimientos con su marido, el cual se refugiaba en una vecina prostitua en sus ratos libres que le daba caña pisándole con taconazos de aguja. Cuando la serie empezó, se notaba mucho que no esperaban que fuera la desesperada revelación del show, pero conforme la temporada avanza, ella gana mucho protagonismo. Quizá a destacar la escena del hotel y del burrito y la de meter las esposas de sado en el lavavajillas, pero Marcia siempre cumple. Lo de hacerse la propia ropa se ha ido perdiendo con el paso de los capítulos, pero es un leve reproche de la serie.

Y por último tenemos a Gabrielle Solís, la infiel de la serie que se estaba cepillando a su jardinero de 17 años (risas de fondo mode on a tope), que quería más a su credit card o a ella misma que a cualquier otra cosa. Y que era una modelo de prestigio que era una más en Wisteria Lane. Eso sí, con el valor material de las cosas, se las ingeniaba para salir adelante.

Además de nuestras cuatro desesperadas, teníamos a Paul y Zach Young, muy correctos de cara al resto, pero tan pirados como Kimberly en sus mejores idas de olla, Edie Britt fulaneando y dando por culo a Susan cada dos por tres, Tom yendo y viniendo por casa, Rex siendo sumiso, el bueno de Mike Delfino, mamá Solís, la hija de Susan y su mayor madurez con respecto a la propia Susan...

El primer año del germen del roble fue muy bueno, y consiguió unas audiencias enormes.

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