martes, 16 de junio de 2015

La temporada 5 de The Walking Dead: En mi opinión, la mejor temporada.

Os sorprenderá que hable de esta serie (o no, porque ya he comentado en varias ocasiones que esta quinta temproada me ha gustado mucho). El caso es que the Walking Dead ha jugado muy bien estas cartas:


SPOILERS:

Cuando me refiero a las caretas que ha jugado la serie en esta temporada, me refiero a que su base ha sido la desconfianza de otros supervivientes, en las guerras internas en el grupo de Rick y en la búsqueda por un hogar que sea una fortaleza.

Rick siempre en el centro de las fotos. ¡Qué egocéntrico!

La primera parte de la temporada seguía con el viaje en busca de ese lugar idílico, un viaje donde unos participaban activamente como explorando lugares y el resto seguía en bloque unido para sobrevivir matando zombies (bueno, no, caminantes). Rick vemos que vuelve a ser el líder indiscutible, el alma del grupo. Durante estos capítulos el gupo va dando bandazos en la búsqueda del lugar, pero a su vez, nos reencontramos con Beth, la chica que creíamos convertida a caminante, pero que resulta que estaba en coma en un hospital, como no, corrupto y envenenado de mucha, mucha mala leche y maldad.

En esa primera parte de la temporada nos presentaron una trama en la que un grupo de supervivientes cazaba personas para comerles, pero esa trama murió rápido.

La trama del reencuentro de Beth, como dije, se centra en un hospital donde una policía mala malísima y unos médicos poco de fiar. Beth se lleva bien con un muchacho nuevo que será nuevo miembro en el grupo. Por cierto, Carol tuvo un atropello para estar en el hospital (no recuerdo si fue fortuito o no, creo recordar que ella lo provocó). Tras varios dilemas sobre quien era más malo y si Beth incluso llegaba a ser una desagradecida o que hubiera mirado simplemente a otro lado y haber sido más silenciosa y más perspicaz, esta parte de la temporada termina con un duelo final donde Beth y la poli protagonizan las muertes más destacadas... y ninguna fue por obra de los zombies caminantes.

Mira, poli poligonera, no me das ningún miedo.

Pero si la serie ha dado un salto exponencial de interés, ese ha sido con la segunda parte de la temporada, una parte de la temporada donde Rick y los suyos encuentran un buen lugar mientras siguen matando zombies caminantes, mejorado cuando un extraño habla con ellos y les dice que tienen un sitio inexpugnable para los zombies caminantes. Rick, que ya no se fía de nada ni de nadie, le somete a un injusto cuestionario. Tras arreglar esas dudas (que duraron mucho), llegan a un lugar que creíamos utópico, un lugar donde se podía dormir sin peligro (y ahí tampoco nuestro grupo de héroes se terminaban de fiar, pues dormían todos juntos en el suelo en la misma casa).

Tras convivir con ellos, se veía que ese lugar idílico también escondía varios infiernos, como el maltrato, el poder del abuso y la soberbia. También los habitantes tenían muchas normas de transparencia, como grabar los encuentros/entrevistas con la líder política del lugar, a disposición de todos.

Tras asistir a la muerte de un ser querido, la líder decide que Rick (convertido de nuevo en poli, que se me pasó contarlo) asesine al maltratador tras degollar al marido de ella.

Soy muy dulce, y me pone ese Rick. Soy un bicho raro.

La temporada casi termina ahí, porque un tipo conocido de Rick (y muy bien que se defendía como pudimos ver) se reencuentra con él. Pero ahí se corta la temporada.

Mendigo y sabedor de artes marciales.

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