martes, 8 de mayo de 2012

Desperate Housewives 8x21: People will hear

Llegamos al penúltimo capítulo (el próximo será un capítulo doble para cerrar la serie) con una sensación algo rara, y es que parece que este capítulo y el anterior han ofrecido poco. Vale, el arco de la temporada está acabando, pero no hemos tenido esas bombitas que hubo tras el 8x16. 
Y DEJEMOS DE HABLAR DE FORMA ENCRIPTADA PARA SPOILEAR EL CAPÍTULO:

¿La casa de la playa? Pues fue vendida. Una pena que Melrose no haga otro remake, porque ahora me apuntaría. Me va a tocar estar en casita esperando papelitos como el de Megan, ya verás.

El capítulo gira en torno a Bree y su juicio con jurado público y todo, aunque todas están en sus cosas y Gabi está sin Carlos en pantalla (uno de los recortes de este capítulo, donde se ahorran un cheque habitual) y la muestran por enésima vez como una zorra egoísta just like that, aunque como siempre, da la vuelta a la tortilla defendiendo el nombre de Bree en el market por mucho que la pusieran como insensible ante Susan y Lynette.

Jo chicas, que nos vamos irremediablemente al paro como los españolitos. Menos mal que aquí no tendremos los viernes con sorpresa y el recorte de turno.

A Susan nos la han entretenido con el embarazo de su hija, y mientras se va a ver al Scavo a la hamburguesería y tal y cual, se ha acordado de Mike sin ponerse a llorar mucho. También que Susan ve que lo que los dos teenagers juntos por el niño no va a ningún sitio, y decide mudarse próximamente con Julie para ayudarla con el crío, por mucho que adore Wisteria Lane (OK, LO DE SUSAN Y CARLOS VA A SER QUE NO, ASÍ QUE FAIL PARA MÍ POR PENSAR QUE LO DLE PRINCIPIO DE TEMPORADA FUE UN POCO WTF).

Maldito hijo de perra, por un momento creía que estaba rodando Scream5, que por cierto, a ver si vuelven a rodar. Me pido un papelillo.

Con Bree hemos tenido una escena medio divertida (no llega ni de lejos a otras como la del comienzo de la segunda temporada, pero ha estado graciosa), en la que una Bree celosa confunde a una investigadora con buenos pechos con una prostituta. Todo ello porque se nos ha enamorado de su abogado, lo que me parece algo de más, ya que Bree ha tenido mil y un escarmientos y la veo muy lanzada con lo recatada que es. Luego retomo lo del posible veredicto y tla y cual.

 Cariño, Veronica Mars a tu lado parece una monja. ¡Ahí con esos jugosos pechos al aire provocando al personal!

Lynette, que es la drama queen más duradera de la temporada, casi sufre un Kimberly Shaw por parte del jefe de Tom (bueno, ex-jefe después de lo que pasa), pero el propio Tom pega al tipo pirado de la vida y es despedido. La pesada de Jane, que se entera de su despido, le sonsaca que la pelea fue por Lynette, y Tom se lanza y confiesa que sigue enamorado de Lynette, y ésta, que quiere hacer las cosas bien, quiere ir con calma, pero un comentario de su ex-jefe (de Tom), hace creer que Lynette está con otro, y casualidades de la ficción, Lynette se quita el traje de la boda con el vecino gay, y Tom cree que está con ese alguien, así que no entra ni nada. Por cierto, la pesada de Jane creo que aún dará que hablar, pero espero que Tom vuelva con Lynette y se vaya de esa fulana adulta.

¡Me has puesto garrafón, hijo puta! (léase como lo dijo Estela Reynolds a Maxi en La que se avecina)
¡Mamonazo hijo puta!. Amagas un Kimberly Shaw y lo que terminas haciendo es poner bebida barata a mi Lynette. 
¿Lo véis? Tengo una resaca del 15. ¿Qué me echaría el que pudo ser el Kimberly Shaw del tramo final?

Volviendo a Bree, le pasa factura que en el juicio la abogada contraria le saca justamente cosas que no contó a su abogado (las que estaban previstas de su etapa chichis-pesicola las sacó con nota y sin apuros), como la carta de suicidio, donde da a entender que Bree hizo cosas de muy dudosa moral y complican el veredicto, pero viene la detective buenorra y le dice que ha encontrado algo sobre el caso, y es lo de Gabi Solís y el padastro, cosa que veremos en el sigueinte capítulo a ver como acaba.
Que no se me olvide, durante el juicio, la abogada contraria en su speech suelta la esencia de Mujeres Desesperadas, mujeres amas de casa corrientes que esconden oscuros secretos en un barrio residencial de cierta categoría, como un pequeño auto-homenaje.
De mí se han olvidado. Menos mal que llega mi boda. Porque yo lo valgo. 

Ahora queda que nos llegue una carta invitándonos a la boda. 
Una pena que no pueda asistir y lucir mis trapitos comprados en Rodeo Drive.



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